La tienda online del futuro

La tienda online del futuro, no va a ser la tienda de tus sueños ni la que te imaginabas

Simplificando podría decirse que la disciplina de UX como la conocemos hoy empezó con aquellos ergonautas americanos hace más de 50 años para que los usuarios no tuvieran que conocer los comandos de las computadoras y poder realizar las tareas a través del reconocimiento de pantallas y procesos en vez de memorizar a la perfección y sin errores esos códigos, que evidentemente tienen mayor carga cognitiva. (Motivo por el que no me bajo del argumento que sé GIT aunque solo uso sourcetree).

Muchos diseñadores han defendido que estas interacciones entre interfaz y humano es un diálogo. ¿Y qué mejor diálogo que una charla?

En la tienda online del futuro, por ejemplo no tendrás que utilizar una interfaz digital como la conoces hoy. Volveremos al concepto de teletiendas (o venta telefónica) de los 80 pero bastante más sofisticadas. El usuario interactuará por voz, una interfaz de chat o incluso un holograma. Y detrás, estará una IA humanizada conectada a esos posibles canales.

En este futuro, entablarás conversación con un holograma que te aconsejará y te invitará a probarte tus nuevas zapatillas. De hecho hasta ese mismo holograma te sugerirá «privacidad» y podrás probarte el vestido o los pantalones sin que te moleste.

Y aquí vendrán muchas cuestiones… ¿Deberán estar programadas y reguladas de forma ética para que sólo compres lo que necesites y evitar las compras impulsivas?, ¿deberán no capturar ningún dato personal y privado tuyo? ¿Cómo se podrá asegurar eso?

Pero el humano es vago…

Avanzando un poco más en el futuro, el humano puede que delegue estas tareas de compras en una API. En este mundo de compras automatizadas, ¿todavía querrás tener decisión? ¿O preferirás la comodidad de dejar que la tecnología elija por ti?. Entiendo que dependerá de muchos factores. Principalmente de la persona y el escenario.

Delegar productos cotidianos que no susciten ninguna emoción como una pasta de dientes o lavavajillas podría ser útil, pero a la vez muy deshumanizador. En este panorama, la orientación de filósofos podría ser crucial para manejar las complejas interacciones entre tecnología, ética y experiencia humana.

Nota: Reflexión sin IA.