El otro día instalé Affinity y, casi sin darme cuenta, empecé a anidar formas: círculos dentro de cuadrados, dentro de círculos, dentro de cuadrados… hasta el infinito.
Me atrapó la idea: ¿y si este juego visual pudiera representar la identidad de una persona?

Cada capa, una máscara o faceta; todas convergiendo hacia un mismo centro: el vacío, el origen, el fondo común.
Según el «ruido o armonía» de estas disposiciones geométricas, se podría describir a cualquier persona. Y todas compartirían la misma esencia: ese vacío primordial, ese «nadie» que somos antes de ser alguien.
De esta divagación y diálogos humano-computador nace este experimento: experimental/geometria/.
Cada clic, una identidad; cada patrón, el mismo silencio.