El mes pasado trascendía a los medios el estudio de flat 101 (descargar) que pone de manifiesto la burbuja ecommerce que algunos vemos desde hace unos años y que parte del sector tecnológico no quiere o no está interesado en asimilar. Para hacer eCommerce no basta con tener una tienda online monísima, ni tener el respaldo del mejor proveedor tecnológico, ni la mejor conexión tienda con ERP, hace falta algo más, un cambio más drástico si no quieres ver que las ventas del mes no dan ni para renovar el dominio.
¿Quiénes son los principales afectados de la burbuja eCommerce?
Existen diferentes perfiles bastante claros que son víctimas de esta burbuja:
- Idealistas: Siguen intentando ejecutar su idea del millón de dólares una y otra vez sin ver resultados. Depositan en la plataforma la última esperanza pero el problema lo tienen en la estructura, el plan de trabajo o en el producto/concepto que quieren vender. Lo seguirán intentando y seguirán fallando.
- Refugiados: La tienda es el refugio futuro por el que piensan que dejarán su trabajo actual. No sé como lo harán porque, ni tienen precio, ni pueden dar atención de calidad por falta de tiempo que sostenga su idea. Se quedarán sin trabajo y sin tienda ;(
- Distribuidor errante: Quieren quedarse con las ventas de alguno de sus clientes (que vende mucho online). Pero no están preparados para competir ni dar servicio online. Esperan dar un un «pelotazo sólo» con una tienda online que es el catálogo del distribuidor.
- Desesperados: Pequeños comercios (autónomos y PYMES) que han aguantado el embite de la crísis pero que ven la necesidad de estar online porque es el canal que les está quitando la cuota de mercado físico.
Aunque tengo definidos más subtipos, creo que es suficiente para mostrar cual es el panorama y que el principal problema de base es que tratan de competir a la desperada en un hábitat que no conocen y sin capacidad financiera para contratar a jugadores que conozcan las reglas y les hagan ganar partidos. Lo peor de todo es que en el panorama lúgubre llega un nuevo factor para generar más víctimas de la burbuja eCommerce en forma de subvenciones. ¡Ayudas para todos a vender online en Internet, oigan!, ¿quién quiere la suya?
¿Por qué me atrevo a afirmar esto? Pues simplemente por haber visto resultados de las nuevas hornadas de eCommerce y por impresiones que he comentado y compartido con colegas de profesión. Parece que tras un año de vida pocos o ninguno han sido capaces de generar ingresos para pagar el sueldo de una persona media jornada, lo peor es que no hay perspectivas reales de que lo consigan con un año más. No digo beneficios, ¡hablo de ingresos!… Imaginad las caras de todas las víctimas de la burbuja ecommerce y la desilusión con la que se deben de encontrar ahora. A los únicos a los que les ha valido la pena este tipo de ayudas eran a los que ya tenían algo andando y para estos deberían de ir destinados este tipo de ayudas, porque en otro caso es lapidar el dinero público (que no sobra precisamente).
¿Qué tiendas sobreviven?
Lo que me he dado cuenta durante este año y medio en el que estoy viendo el eCommerce desde fuera es que los comercios que llegan a funcionar es porque en su ADN hay online y digital. Viven en la red y les afectan más los problemas de Internet que los la asociación de comerciantes de su ciudad. Creo, que esa es la clave para que una empresa pueda hacer algo decente online hoy por hoy. De nada le va a servir la inversión publicitaria y recibir cientos de pedidos, si luego van a tener problemas por la una mala gestión de atención al cliente o no respondiendo a tiempo.
Resumiendo: Antes de lanzarte y gastar XX.XXX € en montar tu tienda online no sería mala idea testear la aceptación del producto, comprobar tu capacidad para generar contenido y hacer logística con parte de tu catálogo en Amazon o en otro marketplace. Si ya has probado tus capacidades, tal vez puedas lanzarte a vender online.
Imagen: designjunkygrafix.deviantart.com